sábado, 3 de marzo de 2012

Vaginismo.

Era una vez un vaginismo que se ahogaba a sí mismo entre las olas de contracción abruptas que cualquier estímulo semifálico le ocasionaba. Se le contraía hasta el alma; la misma causa de su existencia era la causa de su molestia. Sin contracciones no sufría, pero no era. Pobre señor Vaginismo.