jueves, 26 de enero de 2012

Nacho Vegas Y Xel Pereda - Lucas 15

San Lucas, en cuyo capítulo 15, versículos 11-32, habla de la parábola del hijo pródigo. Un símil que se referiría a la vuelta de los músicos a las raíces de la música de su tierra.

Moces a bailar
El diciembre, mes glaciar
Adiós la mio vaca pinta
Romance de la pola
Como la flor
Los fayeos de mayo
No hay tal andar
Teresina
El sacaúntos de allariz
Nel campu nacen flores
Con tomillo y romero

Descarga la pinchi wea acá.

martes, 17 de enero de 2012


Innocent, in a way. from alexis wanneroy on Vimeo.


Video de Alexis Wanneroy que muestra a Alberto Mielgo pintando a la actriz porno, Belladonna.

martes, 10 de enero de 2012

El absurdo. B

-Me duele bastante la cabeza.
-¿Qué cabeza?
-La de ayer, no la soportaba.
-Eso pensé. Cuando te vi hablando con ella vi que hacías un esfuerzo casi sobrehumano por no ponerle las manos alrededor de su perfecto, alargado y blanco cuello.
-Es estúpidamente hermosa, hermano. Ya no sé qué hacer, me duelen los ojos cuando la veo, me quema la piel cuando me toca, no la soporto.
-Mátala.
-Lo he pensado muchas veces, sólo que no me decido. Sencillamente no entiendo cómo puede andar así tan tranquilamente ondeando su hermosura por el mundo, esa mujer debería estar encerrada tras un vidrio de veinte pulgadas de grosor y exhibida en un museo de artes oscuras. Al principio, cuando la vi caminando afuera de tu casa, quise ponerle un biombo que la cubriera, parecía tan frágil.
-Y luego un hola y te destruyó. El del biombo tendrías que ser tú.
-Ya lo sé, me aplasta el orgullo y la razón la muy maldita. Esa clase de seres no deberían andar sueltos.
-¿Y cómo va el plan?
-Lo he pensado bastante, tengo el pretexto de invitarle una copa y verter en ella las gotas que el padrecito nos dio.
-¡Jaja! Ese padrecito, ¿cómo lo convenciste?
-No tuve que hacerlo, sólo le he dicho sin exageración alguna la clase de perverso ser que es esa mujer; cómo me eriza la piel cuando me sonríe, cómo lo dormido se despierta con sólo verla caminar.
-Si supiera que sólo lo utilizas. Entonces lo harás... ¿cuándo lo harás?
-Tenía tachado ya el día en el calendario, primero de febrero, no es un día en especial, a nadie le importa el primero de febrero, entonces lo olvidaré.
-En dos días.
-Así es, aunque quizás lo posponga un poco, me ha invitado al cine.

domingo, 8 de enero de 2012

sábado, 7 de enero de 2012

Coloque usted mismo la referencia.

"Se acordaba de las horas pasadas y le parecía que de ello se desprendía un perfume de quién sabe qué felicidad desconocida." 

El absurdo. A

-El problema es tu negligente ser.
-Si yo estuviera en tu lugar me entendería.
-Si esto lo hubieras mostrado desde el inicio de esta hecatombe no estaríamos teniendo esta absurda conversación en este momento. Te toca.
-Qué beneficioso, entonces. Ya perdiste.
-Ya gané.
-Demasiado orgullosa.
-Demasiado negligente. Sencillamente no puedes venir a suponer que me encanta ser espectadora de esta obra de la nada. Te toca.
-Eres una niña. Además te sientas a ver cómo sobreviven las burbujas. Estás demasiado consentida, y eso es trampa, no me dijiste que se podía hacer eso.
-Claro que te lo expliqué, pero nunca pones atención.
-Yo siempre pongo atención.
-Bueno, pero nunca entiendes, mismo resultado, más justificado, más patético.
-Ya no voy a jugar contigo, haces trampa.
-Niña.
-Tú más.
-¿Ves?
-Además ya se te perdieron las fichitas, y convenientemente son menos las mías.

lunes, 2 de enero de 2012

El absurdo.

-¿Y cómo se ve todo por allá?
-En 2D, como era de imaginarse. Esperaba encontrar aquí una renovación, un despertar, pero fíjate cómo es el azar tan insuficiente; uno recorre la mitad del mundo buscando inclusión y la calle principal del lugar te sale con que también está en 2D.
-Vives en una novela, qué esperabas.
-Esperaba encontrarte acá, pero, carajo, ya van cinco cervezas y nomás no llegas.
-Pronto.
-Pronto no es suficiente.
-Avenida Alcorta, cicatriz.
-Avenida de los plateros, herida sangrante.
-Eres pésimo para los cuentos cortos.
-Eres pésima para la vida.

Ella siguió recostada en su cama sosteniendo con ganas el espejo. Él siguió sentado en la banqueta de la calle principal sosteniendo el libro que le servía para soñar con la comunicación.

-¿Ya vienes?
-Ya voy.