miércoles, 28 de septiembre de 2011

Kill your darlings.Kid Loco.




Gonna tell them that I'm sick
Maybe stoned, I really got loaded
That I fucked up my mind
And now my brain's right out of my head
I'm gonna tell them that I'm dumb
Def, blind, but I can't see
The only place I wanna be
Is in the arms of my baby 




lunes, 26 de septiembre de 2011

Kid Loco.Confession of a belladonna eater.

Está bien bueno, chavos.




Tracklist:
01. Ballad For A Bella Donna (Part I)
02. The Attention Span Of A Butterfly
03. Too Close To Death
04. Stupidity & The Foxy Lady
05. I'm A Hero
06. The Land Of Broken Hearts
07. Ballad For A Bella Donna (Part II)
08. The Morning After
09. My Daddy Waza
10. Friends of Mine
11. The Night I Had A Smoke With CB
12. The Passenger
13. Whatever Works



Download it here.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Un mundo feliz.Aldous Huxley.Fragemento.

La puerta estaba entreabierta. Entraron. 
- ¡John!
Del cuarto de baño llegó un ruido desagradable y característico.
- ¿Ocurre algo? - preguntó Helmholtz.
No hubo respuesta. El desagradable sonido se repitió, dos veces; siguió un silencio. Después, con un chasquido, la puerta del cuarto de baño se abrió y apareció, muy pálido, el Salvaje.
- ¡Oye! - exclamó Helmholtz, solícito -. Tú no te encuentras bien, John.
- ¿Te sentó mal algo que comiste? - preguntó Bernard.
El Salvaje asintió.
- Sí. Comí civilización. 
- ¿Cómo?
- Y me sentó mal; me enfermó. Y después - agregó en un tono de voz más bajo -, comí mi propia maldad.




(Foto: Michael Macku, Carbon print.)

Entrevista a Aldous Huxley.


Entrevista a Aldous Huxley from medicinewords on Vimeo.


Señor cronopio, se la regalo.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Ja.

Las noches de estudio y "este café que trajo mi madre está bueno pero no me hace", presentan:


¡A mi!
...
...
...


y por cada entrega horrible se recompensa con una bonita melodía, joven.



Y, está bien, les regalaré otra porque se han portado bomba.


Y, está bien, pueden descargar esta versión de The phantom de Parov Stelar aquí.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

El almohadón de plumas.Horacio Quiroga.

Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido heló sus soñadas niñerías de novia. Ella lo quería mucho, sin embargo, a veces con un ligero estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la calle, echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora. Él, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer.
Durante tres meses -se habían casado en abril- vivieron una dicha especial.
Sin duda hubiera ella deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor, más expansiva e incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la contenía siempre.
La casa en que vivían influía un poco en sus estremecimientos. La blancura del patio silencioso -frisos, columnas y estatuas de mármol- producía una otoñal impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el más leve rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación de desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda la casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia.
En ese extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. No obstante, había concluido por echar un velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía dormida en la casa hostil, sin querer pensar en nada hasta que llegaba su marido.
No es raro que adelgazara. Tuvo un ligero ataque de influenza que se arrastró insidiosamente días y días; Alicia no se reponía nunca. Al fin una tarde pudo salir al jardín apoyada en el brazo de él. Miraba indiferente a uno y otro lado. De pronto Jordán, con honda ternura, le pasó la mano por la cabeza, y Alicia rompió en seguida en sollozos, echándole los brazos al cuello. Lloró largamente todo su espanto callado, redoblando el llanto a la menor tentativa de caricia. Luego los sollozos fueron retardándose, y aún quedó largo rato escondida en su cuello, sin moverse ni decir una palabra.
Fue ese el último día que Alicia estuvo levantada. Al día siguiente amaneció desvanecida. El médico de Jordán la examinó con suma atención, ordenándole calma y descanso absolutos.
-No sé -le dijo a Jordán en la puerta de calle, con la voz todavía baja-. Tiene una gran debilidad que no me explico, y sin vómitos, nada... Si mañana se despierta como hoy, llámeme enseguida.
Al otro día Alicia seguía peor. Hubo consulta. Constatóse una anemia de marcha agudísima, completamente inexplicable. Alicia no tuvo más desmayos, pero se iba visiblemente a la muerte. Todo el día el dormitorio estaba con las luces prendidas y en pleno silencio. Pasábanse horas sin oír el menor ruido. Alicia dormitaba. Jordán vivía casi en la sala, también con toda la luz encendida. Paseábase sin cesar de un extremo a otro, con incansable obstinación. La alfombra ahogaba sus pasos. A ratos entraba en el dormitorio y proseguía su mudo vaivén a lo largo de la cama, mirando a su mujer cada vez que caminaba en su dirección.
Pronto Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y flotantes al principio, y que descendieron luego a ras del suelo. La joven, con los ojos desmesuradamente abiertos, no hacía sino mirar la alfombra a uno y otro lado del respaldo de la cama. Una noche se quedó de repente mirando fijamente. Al rato abrió la boca para gritar, y sus narices y labios se perlaron de sudor.
-¡Jordán! ¡Jordán! -clamó, rígida de espanto, sin dejar de mirar la alfombra.
Jordán corrió al dormitorio, y al verlo aparecer Alicia dio un alarido de horror.
-¡Soy yo, Alicia, soy yo!
Alicia lo miró con extravió, miró la alfombra, volvió a mirarlo, y después de largo rato de estupefacta confrontación, se serenó. Sonrió y tomó entre las suyas la mano de su marido, acariciándola temblando.
Entre sus alucinaciones más porfiadas, hubo un antropoide, apoyado en la alfombra sobre los dedos, que tenía fijos en ella los ojos.
Los médicos volvieron inútilmente. Había allí delante de ellos una vida que se acababa, desangrándose día a día, hora a hora, sin saber absolutamente cómo. En la última consulta Alicia yacía en estupor mientras ellos la pulsaban, pasándose de uno a otro la muñeca inerte. La observaron largo rato en silencio y siguieron al comedor.
-Pst... -se encogió de hombros desalentado su médico-. Es un caso serio... poco hay que hacer...
-¡Sólo eso me faltaba! -resopló Jordán. Y tamborileó bruscamente sobre la mesa.
Alicia fue extinguiéndose en su delirio de anemia, agravado de tarde, pero que remitía siempre en las primeras horas. Durante el día no avanzaba su enfermedad, pero cada mañana amanecía lívida, en síncope casi. Parecía que únicamente de noche se le fuera la vida en nuevas alas de sangre. Tenía siempre al despertar la sensación de estar desplomada en la cama con un millón de kilos encima. Desde el tercer día este hundimiento no la abandonó más. Apenas podía mover la cabeza. No quiso que le tocaran la cama, ni aún que le arreglaran el almohadón. Sus terrores crepusculares avanzaron en forma de monstruos que se arrastraban hasta la cama y trepaban dificultosamente por la colcha.
Perdió luego el conocimiento. Los dos días finales deliró sin cesar a media voz. Las luces continuaban fúnebremente encendidas en el dormitorio y la sala. En el silencio agónico de la casa, no se oía más que el delirio monótono que salía de la cama, y el rumor ahogado de los eternos pasos de Jordán.
Alicia murió, por fin. La sirvienta, que entró después a deshacer la cama, sola ya, miró un rato extrañada el almohadón.
-¡Señor! -llamó a Jordán en voz baja-. En el almohadón hay manchas que parecen de sangre.
Jordán se acercó rápidamente Y se dobló a su vez. Efectivamente, sobre la funda, a ambos lados del hueco que había dejado la cabeza de Alicia, se veían manchitas oscuras.
-Parecen picaduras -murmuró la sirvienta después de un rato de inmóvil observación.
-Levántelo a la luz -le dijo Jordán.
La sirvienta lo levantó, pero enseguida lo dejó caer, y se quedó mirando a aquél, lívida y temblando. Sin saber por qué, Jordán sintió que los cabellos se le erizaban.
-¿Qué hay? -murmuró con la voz ronca.
-Pesa mucho  -articuló la sirvienta, sin dejar de temblar.
Jordán lo levantó; pesaba extraordinariamente. Salieron con él, y sobre la mesa del comedor Jordán cortó funda y envoltura de un tajo. Las plumas superiores volaron, y la sirvienta dio un grito de horror con toda la boca abierta, llevándose las manos crispadas a los bandós. Sobre el fondo, entre las plumas, moviendo lentamente las patas velludas, había un animal monstruoso, una bola viviente y viscosa. Estaba tan hinchado que apenas se le pronunciaba la boca.
Noche a noche, desde que Alicia había caído en cama, había aplicado sigilosamente su boca -su trompa, mejor dicho- a las sienes de aquélla, chupándole la sangre. La picadura era casi imperceptible. La remoción diaria del almohadón había impedido sin duda su desarrollo, pero desde que la joven no pudo moverse, la succión fue vertiginosa. En cinco días, en cinco noches, había vaciado a Alicia.
Estos parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual, llegan a adquirir en ciertas condiciones proporciones enormes. La sangre humana parece serles particularmente favorable, y no es raro hallarlos en los almohadones de pluma

martes, 13 de septiembre de 2011

Los caballeros del albedrío.Austin TV

Disco uno: Hán.
1. Buscando Al Ejercito
2. Despierta Wendy
3. Cuando Cerraste Los Ojos
4. Interludio
5. (Aunque Mis Labios No Se Mueven)
6. Llena De Mañanas Tristes
7. This Is Maya
8. Cisne De Pan


Disco dos: Séeb.
1. Caballeros Del Albedrío
2. Lago De Tierra
3. Quedarse Es Morir
4. KK Vs MM
5. Dick Laurent Está Muerto
6. El Hombre Pánico
7. La Criatura (Que Se Comio Al Moustruo)
8. Nosotros Le Pusimos Radio

Download it HERE.

domingo, 11 de septiembre de 2011

_Rayuela, capítulo 93.

Pero el amor, esa palabra... Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vos, no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincharían las formas combadas, crecería la hermosura. Dadora de infinito, yo no sé tomar, perdoname. Me estás alcanzando una manzana y yo he dejado los dientes en la mesa de luz. Stop, ya está bien así. También puedo ser grosero, fíjate. Pero fijate bien, porque no es gratuito.

¿Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fáciles. Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto. Pero estoy solo en mi pieza, caigo en artilugios de escriba, las perras negras se vengan cómo pueden, me mordisquean desde abajo de la mesa. ¿Se dice abajo o debajo? Lo mismo te muerden. ¿Por qué, por qué, pourquoi, why, warum, perchè este horror a las perras negras? Miralas ahí en ese poema de Nashe, convertidas en abejas. Y ahí, en dos versos de Octavio Paz, muslos del sol, recintos del verano. Pero un mismo cuerpo de mujer es María y la Brinvilliers, los ojos que se nublan mirando un bello ocaso son la misma óptica que se regala con los retorcimientos de un ahorcado. Tengo miedo de ese proxenetismo, de tinta y de voces, mar de lenguas lamiendo el culo del mundo. Miel y leche hay debajo de tu lengua... Sí, pero también está dicho que las moscas muertas hacen heder el perfume del perfumista. En guerra con la palabra, en guerra, todo lo que sea necesario aunque haya que renunciar a la inteligencia, quedarse en el mero pedido de papas fritas y los telegramas Reuter, en las cartas de mi noble hermano y los diálogos del cine. Curioso, muy curioso que Puttenham sintiera las palabras como si fueran objetos, y hasta criaturas con vida propia. También a mí, a veces, me parece estar engendrando ríos de hormigas feroces que se comerán el mundo. Ah, si en el silencio empollara el Roc... Logos, faute éclatante.Concebir una raza que se expresara por el dibujo, la danza, el macramé o una mímica abstracta. ¿Evitarían las connotaciones, raíz del engaño? Honneur des hommes, etc. Sí, pero un honor que se deshonra a cada frase, como un burdel de vírgenes si la cosa fuera posible.


-Juilo Cortázar.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Tenemos un bebé.

Cuántas ganas de verte.
Cuántas ganas de abrazarte.
Cuántas ganas de contarte que dije una tontería en clase de endócrino.
Cuántas ganas de pedirte que veamos otra vez Where the wild things are.
Cuántas ganas de seguirte molestando por tu TDA.
Cuántas ganas de apostar abusando de nuestras malas memorias.
Cuántas ganas de salir con planes y regresar con nada de ellos.
Cuántas ganas de seguirnos preguntando qué vas a hacer conmigo.
Cuántas ganas de esa casita de techos improvisados.
Cuántas ganas de quejarme porque quiero mi letra como la tuya.
Cuántas ganas de que me regañes cuando corrijo tu ortografía, y luego me pidas que te enseñe a acentuar.
Cuántas ganas de tratar de conseguir cosas poco posibles por mi capricho de cumplir los tuyos.
Cuántas ganas de escuchar que tienes muchísimo trabajo y que al día siguiente me cuentes la inmensidad de cosas nuevas que aprendiste, todas ajenas a los deberes.
Cuántas ganas de mi cronopio favorito.
Cuántas ganas de Mixiotes, y de Achiotes.
Cuántas ganas de trenzar cabellos.
Cuántas ganas de que mi cabello siga creciendo y de que el tuyo algún día crezca.
Cuántas ganas de enséñame Cardiología, y que el Guadalajara te encuentre bostezando.
Cuántas ganas de estudiar juntos y acabar de estudiar como se debe.
Cuántas ganas de estudiar juntos y acabar de estudiarnos como se debe.
Cuántas ganas de seguir teniendo estas mismas, y otras muchas, ganas por el ratote, mucho o poco, que nos quede...

Dirían por ahí: "Te traigo ganas, ¿dónde te las dejo?"

-Sam

sábado, 3 de septiembre de 2011

Blondie.Sunday Smile.



Descárgala aquí.

The joys of losing weight.Zach Condon

Niño prodigio que componía estas cosas desde los quince años de edad. Se los cuelgo aquí para que comparen las versiones, los antes y los después.

Una bonita Payne's Bay:


O antes:




Y aquí lo que el joven dice:
This album has never been released, is not available for sale, and has never been seen or heard by anyone other than a handful of people who have personally received a copy of this record. It pre-dates all of his work with Beirut and does not bear any influence of the Balkan/Eastern Gypsy sound that he has become reknowned and critically acclaimed for; however, it’s a highly precocious album that’s steeped in amazing melodies draped against a backdrop of synthesized electronica: imagine an entire electronic/experimental album in the style of Scenic World with Zach’s distinctive vocals and the occasional appearance of his famous brass instrumentation.


Y aquí el link de descarga.






Si tienen problema con cualquier link favor de avisar.
Mass media

De los medios de comunicación
en este mundo tan codificado
con internet y otras navegaciones
yo sigo prefiriendo
el viejo beso artesanal
que desde siempre comunica tanto.



-Mario Benedetti.






Book of the month.Lovage.

Miren lo que me encontré en los internets :3



Lyrics:

You and me are the disease and the germs are spreading
Use me like listerine, keeping your breath fresher
Feel the stroke of your paintbrush, my blank sheet of paper
I'm your book of the month, read the fine print later

We'll invent new four letter words
You are the bitter, I am the sweet
Run through the fields, sing with the birds
You are the griddle, I am the meat

I'll turn you on like the electric company
You are the bitter, I am the sweet
Flick on the switch and light your pilot light
You are the griddle, I am the meat

You and me are the disease and the germs are spreading
Use me like listerine, keeping your breath fresher
Feel the stroke of your paintbrush, my blank sheet of paper
I'm your book of the month, read the fine print later

We'll laugh away our golden years
You are the bitter, I am the sweet
We'll line the clouds with silver tears
You are the griddle, I am the meat

You and me are the disease and the germs are spreading
Use me like listerine, keeping your breath fresher
Feel the stroke of your paintbrush, my blank sheet of paper
I'm your book of the month, read the fine print later

You and me are the disease and the germs are spreading
Use me like listerine, keeping your breath fresher
Feel the stroke of your paintbrush, my blank sheet of paper
I'm your book of the month, read the fine print later

You are the bitter, I am the sweet
You are the griddle, I am the meat
You are the trick, I am the treat
You are the circus, I am the freak

You are the bitter, I am the sweet
You are the griddle, I am the meat
You are the trick, I am the treat
You are the circus, I am the freak