lunes, 11 de enero de 2010

Como que...








Pasan muchas cosas mientras dormimos, cosas que podemos o no notar, dependiendo del ánimo que profesen nuestros sentidos. Pasan muchas cosas mientras dormimos, algunas nos llegan a gustar, algunas no mucho.

Anoche pasaron muchas cosas, no recuerdo si ocurrieron mientras dormía.

Fue en un lugar lejano, tan lejano que no se podía llegar a pie. Muchos lo intentaron y murieron antes de estar siquiera a un cuarto del camino por recorrer, y no porque los senderos fueran peligrosos, al contrario, era tan agradable y cómodo caminar por ahí que ni siquiera sentían las ámpulas de sus pies, ni el cansancio, ni el hambre; lo único que podían sentir era felicidad. Morían, no viejos, no cansados, morían hastiados de tanta felicidad. Y por lo mismo ese viaje era por avión, se llegaba en en 45 minutos, cosa imposible por otros medios de transporte.

En ese lugar había, como en todos lados, guerra. La guerra había sido tan devastadora que se habían quedado casi sin gente que habitara ese lugar, además, la población sobreviviente estaba conformada sólo por hombres. Por lo tanto, se lanzó una convocatoria; se invitaba a las mujeres del mundo que quisieran gozar de grandes privilegios y comodidades a que se casaran con los habitantes de aquel lugar. El bonito flyer que se exhibía en todas las bardas contenía sólo mentiras y eso era algo que nadie podía saber.

Muchas mujeres se subieron al avión con destino a ese lugar el 23 de agosto del año que cursaba. Eran las 4:35 de la mañana cuando todas las valientes e interesadas mujeres emprendieron el viaje. Incluida yo.
Llegamos todas muy ¿animadas? a esa estación, cargamos nuestro equipaje y atravesamos el lugar pasando por una de esas puertitas de colores que daban vueltas. Al salir de la estación del tren (los aviones aterrizaban ahí) se escucharon como 13 llantos al unísono. Qué puedo decir, las comprendía. Era un lugar gris y feo, con pedazos de personas tirados por doquier, perros flacos y escombros. Si no fuera por los perros se pensaría que nada vivo sería capaz de existir ahí, no se veía nada verde al rededor, pensando en vegetación; lo único verde eran los uniformes de los 46 individuos que fueron a recibirnos.
Fuimos obligadas por esos sujetos (porque a esta altura ya no había alguna convencida de querer estar ahí) a entrar a una especie de cárcel, ahí estaban encerrados todos los hombres, con lágrimas en los ojos y pidiendo que los liberaran. Al notar que llegamos todos guardaron silencio, no se escuchó nada, absolutamente nada, si acaso el sonido de una lágrima inoportuna que se hizo pedacitos al caer de cara al piso polvoso. Me quedé sorprendida por esos ojos de súplica que tenían todos ellos.

Salimos a un patio grande y el general nos dijo que debido a que la propaganda fue engañosa y que por respeto a todas las mujeres y niños que alguna vez habitaron ese lugar ellos no podían obligarnos a permanecer ahí, pero que la ciudad nunca había estado tan necesitada de gente de buen corazón, por lo tanto sólo quien quisiera ayudar a su prójimo se quedaría. Se nos señaló la salida, y obviamente salí corriendo, junto con todas las demás. No, no me remuerde la consciencia ya que nunca dijeron para qué necesitaban nuestra ayuda.

Había unos 16 autobuses enormes esperándonos afuera. Parece ser que el general realmente esperaba que alguien se quedara y por eso nos dejó partir pero al ver que las cosas no sucedieron así olvidó el respeto a sus mujeres y niños y puso señores grandotes en las salidas que sólo permitió la salida de unas cuantas, obviamente me logré escapar. Entraban hombres con su cara de furia, eran también de otras partes del mundo, ellos no habían sido engañados e iban a luchar (aunque tampoco sabían contra qué), y otros tantos intentaban salir, algunos lo conseguían, otros tantos no, ojalá ninguno lo hubiera logrado.
Íbamos todas contentotas en el autobús, el camino era... raro. Y quizás no llegaríamos a nuestras casas ni en 45 años pero íbamos contentas, de la que nos habíamos salvado. A medio camino (sólo es un decir) ya no eran autobuses los que nos transportaban, eran micros, y ya no avanzábamos. Había dos micros volcados delante de nosotros, cuando llegaron los que venían atrás de nosotros nos decidimos a bajar en montón a ver qué pasaba. Salieron hombres rabiosos, o eso parecían. Eran como zombies come cerebros, y querían comerse los nuestros. Si te lograban morder o arañar como que te enfermabas y después de andar medio enfermo te hacías zombie.

Resulta que los hombres que estaban en la como cárcel eran de esos, sólo que unos estaban recién mordidos y otros estaban íntegros aún. Por eso lloraban, porque sabían que se convertirían en uno de esos o se quedarían descerebrados, una de dos.
También resulta que decidimos volver, bueno "decidimos", a matar zombies.

Después me comí una como paleta payaso, y como que me perforó el estómago, y sí... me dolió.







6 comentarios:

  1. Realmente algunas veces soñamos y otras veces no necesitamos SOÑAR para ver una realidad nauseabunda, para saber la dura verdad del mundo: como las guerras, la pobreza, el hambre, el poder, etc. Yo por mi parte no quiero pensar si existe la felicidad, porque talvez despues de tenerla desee no haberla encontrado. Y vea con mis propios ojos que aquella felicidad se desase gracias a la ayuda de la humanidad, pero porque tengo tanto rencor hacia la humanidad si soy uno de ellos dirian unos cuantos, quizas es porque me paresco a unos tantos pero solo soy una pobre imitacion de lo que algunos llamarian ser humano, nunca lo he sido, ni lo sere y me duele mucho saber que quizas nunca podre encontrar a alguien que me haga creer en la humanidad pero tambien tengo que decir la VERDAD que yace en mi corazón y me duele ser quien soy, y quien soy yo para juzgar a la humanidad si no soy mejor que cualquier ser humano incluso soy peor que ellos y aunque los odio como buena imitacion de ser humano que soy, Yo seria el primero en salvarlos a todos solo por el simple hecho de creer que hay seres humanos buenos dentro de la misma humanidad.

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  2. Sueños curiosos, pero hasta el sueño más improbable puede llegar a hacerse realidad. Quien sabe, tal vez dentro de algunas décadas o quizá algunos años pues así se recluten mujeres. Tal vez lo descerebrado sea estar condenado a ser parte de un círculo de violencia en el que sólo hay de dos: Matas o mueres. Como que ese tal vez sea una propuesta de futuro que sea de nosotros que no llegue.

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  3. Un sueño muy real, no crees?
    Todo está reflejado... ya se nos recluta, y sino me remito a las pruebas, pregunta a cualquier mujer mayor de 35 cuántas veces le han preguntado "y pa cuando la boda?".

    (: Ya no cenes pesado (?) ya no tomes mucha coca cola (?)... y si te las truenas, rola ¿no?.

    Genial eso de compartir sueños, aunque yo no tengo ninguno útil de compartir... Sólo lo de siempre, que puedo aceptar que alguien salga de mi vida después de soñar que ya salió de ella.

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  4. Hoy soñé que unos negros grandototototes que eran cmoo narcos querían matarnos (a mi y a mi familia feliz) :(

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  5. "Llegó a la Ciudad de los Hombres una tarde de jueves, en pleno invierno.
    " Contrario a los pasajeros que sonrieron apenas aterrizó el avión, ella expulsó un suspiro de cansancio. Cerró los ojos..."

    "-¿Y cuánto tiempo se quedaron las otras?- no pudo ocultar el estremecimiento de la voz, la ansiedad con la que esperaba su respuesta.
    "-Eso no lo sé- aseguró, dándole la cara, ofreciéndole, esta vez, un vaso rebosante de jugo de naranja-.Pero fue más del que pensaban."

    "En las afueras del orden se desarrolla, con gran obstinación, otro orden. No se trata de una ciudad alterna propiamente dicha, sino de una serie de anti-ciudades...
    "Ahí, en uno de esos efímeros poblados, sobreviven hasta la fecha dos de las tres periodistas que no lograron salir de la Ciudad de los Hombres"

    Fragmentos de La Ciudad de los Hombres de Cristina Rivera Garza.

    Tu relato me recuerda muchísimo a este cuento, tienes unos sueños sumamente interesantes. Ejercita más tu narrativa, percibo en ti mucho talento para contar historias, y se nota que tendrías mucho qué contar. Ojalá podamos conversar alguna vez...

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  6. Cuando gustes ( : Tengo las formas de contacto abiertas al público en el perfil.

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