jueves, 30 de diciembre de 2010

Así nos dieron las uvas. Nacho Vegas. Letra - Transcripción.




Una cena de nochebuena suele ser un acontecimiento esperpéntico en una ciudad como esta, existe un acuerdo tácito, según el cuál ningún miembro del clan se podrá permitir el lujo de recordar el resto del año, ninguna de las cosas que acontecieron esa noche. 

Las familias se ven obligadas, desde el más viejo hasta los críos, a enterrar en el olvido las manifestaciones no ososas, el ridículo,(1) la _, la _, la gula. En fin, el despropósito al que hayan podido asistir. Sólo cuenta una cosa, fue otro año más y seguimos juntos. Olvida o enloquecerás, es lo que todos piensan, y así, año tras año, transcurren las Navidades en la ciudad de N. (Quédate).

Sin embargo, en ocasiones acontecen cosas a las que ni siquiera la memoria más entrenada podría escapar, es el caso de la cena que no se ocupa, la de una familia cualquiera de clase acomodada en la ciudad de N. La noche del 24 de diciembre del 2001, durante la velada en aquél lugar se cometió un asesinato y en él estuvieron implicados principalmente una anciana con demencia senil, su nieto de quince años, una gala televisiva y un poco de crema de marisco.

Al principio todo transcurrió con relativa normalidad como cada año, en torno a la mesa redonda se sentaban los miembros adultos del clan. Cantidades infinitas de comida inundaban la mesa repartidas en fuentes de plata, porcelana oriental y copas talladas en cristal de bohemia.

La anciana, que era la mayor del clan, se llevaba a los labios una copa vacía que alguien había tenido la precaución de no   llenarle. En su regaso ocultaba su bolso abierto y en él iba vertiendo cucharadas soperas de crema de marisco, de vez en cuando se llevaba alguna a la boca y la crema se derramaba invariablemente por la comisura de sus labios. El resto de los comensales prácticamente no le prestaban atención a la vieja enzarzados en conversaciones cruzadas que fluctuaban entre la política y el chismorreo puro.



Unos metros mas allá el chico de 15 años era incapaz de apartar la vista de su abuela por mas que lo intentaba, él se sentaba en otra mesa más pequeña rodeado de primos y hermanos, todos menores que él. En esta sólo había refrescos y una botella de sidra achampanada, y la comida se asemejaba más a la de una fiesta de cumpleaños para pre púberes que una pre cena de noche buena. El adolescente se debatía entre la ira y el asco, él ya era mayor y no tenía por qué estar sentado en esa mesa de niñatos, su lugar, pensaba, estaba en la mesa grande donde se comia de verdad y se bebía vino y cava.



El año anterior había fantaseado con la idea de que esta vez se sentaría en la mesa grande ocupando el puesto (2)____ de las uvas entre el doctor Gerard y abuela, pero la muy puta(3)____, además,  verla comer no le provocaba más que náuseas ¿por qué tenía que estar ella en un lugar que le correspondía a él por derecho propio? ¿no había vivido ya suficiente la vieja? estaba demente, no era feliz y debía morir un día de estos porque no había podido hacerlo antes de la Navidad. Por supuesto, todos estos pensamientos estaban llamados a ser olvidados en el preámbulo de la noche y hasta el año próximo, tal y como mandaba la silenciosa tradición de la ciudad de N.

En ese momento ocurrió lo que nadie podía prever, en la televisión, que cada año permanecía encendida durante toda la noche, una pareja de humoristas se travestían y hablaban a gritos en su interpretación de los más estrambóticos gags. Se trataba de un programa especial de Navidad. El adolescente se levantó y, sin mediar palabra se dirigió a su abuela, le propinó un puñetazo en la boca  con todas las fuerzas con las que fue capaz, la vieja se desplomó de su silla y quedó tendida en el suelo, de espaldas, sangrando por las encías y gimoteando en un tono apenas audible. Todos se callaron de golpe, incrédulos, y no supieron reaccionar hasta que una mujer se percató de que del bolso de la anciana, que había salido disparado, manaba una buena cantidad de crema de marisco que se extendía formando a riachuelos sobre el parque, entonces la mujer chilló, y el caos reinó en aquella casa. 

En la televisión habían comenzado las actuaciones musicales, una niña de unos doce años interpretaba en playback una canción de(6) ___, ataviada con un toque apenas que cubría sus minúsculos senos y unos vaqueros muy ajustados; el adolescente, que se había excitado al descargar su coño sobre la abuela (?)(7)___________________sintiendo cómo la sangre se agolpaba en un punto más allá de sus sienes. La vieja continuaba en el suelo haciendo atenuados intentos por rendirse, los demás miembros del clan se movían nerviosos por el comedor llevándose las manos a la cabeza, agobiados, pensando cómo harían esta vez para olvidarlo todo; por eso nadie trató de detenerlo,(8) ___y se subió a la mesa, se bajó la bragueta y exhibió una(9) ___ tiesa y lacerada que comenzó a menear sin apartar la vista de la niña vestida como una furcia que cantaba en televisión; con la mano derecha el adolescente se daba y sacaba furiosamente, mientras que con la izquierda se acariciaba los cojones prendidos como los puños de(10)___. En cuestión de segundos se derramó violentamente y su semilla fue a parar a la boca de la vieja que escupía como podía, entre arcadas y sus gritos una extraña mezcla, semen y crema de marisco.


-¡Virgen santísima, qué está ocurriendo aquí! -gritó una voz, -Osama se sonrojaría. -apuntó otra. -Ñam, ñam. -Se le oyó a una tercera. -¿alguien quiere un poco más de cava? -dijo una más. Sin que nadie supiera explicar muy bien cómo o por qué de repente la locura pareció adueñarse de los presentes, especialmente de los miembros masculinos del clan. Comenzaron a bailar al ritmo de la canción de la niña puta ejecutando los movimientos simiescos como si fueran módicos cantos de las axilas. Algunas mujeres siguieron a sus maridos, otras se atiborraban con la comida que no se había tocado, los niños más pequeños lloraban; la vieja no había sido inmune a(11) ____y acabó sus días pisoteada por un montón de orangutanes que le machacaron todos sus huesos entre risas, estertores y jadeos, olvidándose algunos que aquella mujer les había cambiado los pañales. Pero había que olvidar, por encima de todo sabían que iba a ser necesario olvidar, y dado que el clan familiar se encontraba ahí reunido al completo cabía esperar que nadie preguntara jamás qué le había ocurrido a la pobre anciana. Así que continuaron todos emborrachándose, bailando y cantando juntos. 


Y nosotros qué pretendemos plantarle en cara al mundo aún a sabiendas que formamos parte de él; como las pulgas forman parte del perro sarnoso. Los que acudimos atónitos a aquél espectáculo, y aquellos que (12)_____, los que no creímos en la guerra pero tampoco en el paraíso, y sin embargo guerreamos cada noche y suspiramos por aquél paraíso. Nosotros,(13)___, nos sentimos apenados por todos ellos, y también estamos juntos. Y así nos dieron las uvas, así nos dieron las malas uvas.








Sé que tiene errores.
Hice lo que pude.
Llevo mil millones de posts pidiéndoles hacer de este bló una cosa más interactiva, qué forma mejor que esta. No crean que los espacios son porque no le entendí ahí... es... por eso de la interacción, interactividad interactuada. Espacios vacíos numerados para que sus aportaciones se vean nacer de forma sencilla.


Aún así espero les sirva de algo. Feliz año nuevo. Ya contarán cómo les dieron las uvas.









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