domingo, 5 de julio de 2009

CARTAS A M / 08


La vida es una cadena de finales y ninguno es más definitivo que el anterior. Me he decidido a buscarte de nuevo, y es que no sé si estas cartas te llegan, no sé si alguien te ha contado de ellas, o solamente ha sido mi cambio de domicilio el culpable de que no reciba respuesta tuya. Entonces tendría que preguntarte en esta nueva carta ¿por qué no me respondes?
Hace tiempo te miraba de lejos -nos conocíamos poco- y ya me gustaba verte andar entre la gente, saludar, abrazar, platicar y pasar de un lado a otro, andar frente a mí a la distancia en ese vestido blanco que nunca dejé borrarse en mi memoria, aun cuando la primera vez que te vi en él fue sólo en una fotografía.
Las fotografías son un documento de lo que perdimos, de lo que no regresará y sólo nos recuerdan que nos quedamos cuando los demás ya se han ido, como yo y como tú. Ese vestido blanco, en esa fotografía, nos dice metro a metro la distancia que existe todavía, los trenes que van y vuelven entre nosotros, las carreteras que dejamos de recorrer para encontrarnos, los pasos que no dimos y las miradas que ahora nunca se cruzan.
Salíamos a algunas fiestas juntos pero llegando ahí nos separábamos, tu pasabas de una plática a otra, de un conocido a otro; y a mí me gustaba mucho jugar a cruzar la mirada contigo, te buscaba entre la gente a lo lejos y esperaba con mis ojos clavados en ti, a que tus pupilas y las mías se encontraran en el aire. Quizás todos pensaban que yo platicaba con ellos pero en realidad te buscaba todo el tiempo, podía mantener una charla entera esperando a que voltearas. Así lo hice muchas noches. A mí no me gusta estar entre mucha gente y siempre admiré tu habilidad para soportarlos a todos: en las reuniones siempre fuiste el centro y por eso nunca me negué a acompañarte. Ahora te confieso que sólo disfruté buscándote, a lo lejos, entre la gente, aun cuando tu mirada y la mía nunca se cruzaran.
Sabes que me gustan las cosas difíciles, como esto de adivinar el rumbo de tu mirada… me gusta buscar lo perdido y me aferro hasta encontrarlo; sé que hay cosas que no se pierden nunca y por eso conservo todo lo tuyo en la memoria.
En realidad sé que no he dejado este juego de buscarte a la distancia cuando estamos separados, tal vez por eso no dejo de escribirte y espero que nuestras miradas en algún momento se crucen y entonces no dejes de mirarme.

http://www.ricardoguzman.com.mx

No hay comentarios:

Publicar un comentario